El exceso de peso, ya sea el sobrepeso o, sobre todo, la obesidad, tiene un impacto muy negativo para la salud. Más aún en los niños y adolescentes, que arrastrarán las consecuencias de su exceso de peso ya desde los primeros años de sus vidas. Sin embargo, parece que este sobrepeso y obesidad en la infancia no se asocia solo con un mayor riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares y metabólicas –caso de la diabetes tipo 2– en la edad adulta. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos) muestra que los niños con exceso de peso tienen un riesgo hasta cuatro veces mayor de sufrir una depresión mayor en algún momento de sus vidas.
Como explica Deborah Gibson-Smith, directora de esta investigación presentada en el marco del Congreso Europeo de Obesidad 2017 que se está celebrando en Oporto (Portugal), «nuestros resultados sugieren que algunos de los mecanismos subyacentes que vinculan al sobrepeso o la obesidad con la depresión se derivan de la infancia. Y en este contexto, un riesgo genético compartido o una baja autoestima, ciertamente frecuente en aquellos que no se ajustan al tipo de cuerpo ‘ideal’, podrían ser las responsables de esta asociación».
Salud mental comprometida
Numerosos estudios han constatado que las personas con obesidad son más proclives a desarrollar depresión. Sin embargo, el número de trabajos diseñados para evaluar la influencia a largo plazo de la obesidad infantil o el efecto asociado a la edad de la obesidad sobre el riesgo de depresión es mínimo.
Por ello, la nueva investigación tuvo por objetivo analizar la relación entre la obesidad en la niñez y la depresión en cualquier momento de la vida. Y para ello, los autores analizaron la evolución de 889 personas que, con una edad promedio de 75 años, habían participado en el Estudio de Reikiavik (Islandia), diseñado para evaluar, ya desde 1967, el estado de salud de personas nacidas entre los años 1907 y 1935 y residentes en la capital islandesa.
Como indican los autores, «el objetivo era ver si el efecto perjudicial de la obesidad sobre la salud mental era consecuencia de la obesidad a lo largo de toda la vida o de la obesidad únicamente en la infancia».
Los autores evaluaron la información registrada sobre el índice de masa corporal (IMC) de los participantes cuando tenían entre 8 y 13 años y cuando cumplieron los 50. Y asimismo, los resultados de los cuestionarios respondidos por los propios participantes sobre la presencia, pasada o presente, de síntomas depresivos o diagnóstico de depresión mayor. En total, se detectaron 39 casos de depresión mayor.
Los resultados mostraron que la probabilidad de sufrir depresión fue significativamente mayor en el caso de que el exceso de peso tuviera lugar no en la mediana edad, sino durante la infancia. De hecho, y comparados frente a los participantes con un IMC normal en la infancia y exceso de peso en la edad adulta, los menores que presentaron sobrepeso u obesidad tuvieron un riesgo hasta cuatro veces superior de acabar desarrollando depresión mayor.
Epidemia nacional
En definitiva, parece que el exceso de peso en la niñez no solo tiene repercusiones sobre la salud física, sino también sobre la salud mental. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que el 20% de los niños de nuestro país tiene sobrepeso y hasta un 10% es obeso.
Como concluye Deborah Gibson-Smith, «dado el aumento de la obesidad adolescente y la mayor influencia de los medios de comunicación sobre la imagen corporal, comprender las asociaciones entre la obesidad infantil y la depresión tiene una importancia crítica».
Fuente original: psiquiatria.com