MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) –
Paz interior y un cuerpo flexible pueden no ser los beneficios más valiosos que ofrecen el yoga y la meditación. Una nueva investigación de un equipo dirigido por neurocientíficos de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, encontró que un curso de tres meses de práctica del yoga y meditación ayudó a minimizar los problemas cognitivos y emocionales que a menudo preceden a la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, siendo incluso más eficaz que los ejercicios de mejora de la memoria que se han considerado la estándar de oro para la gestión del deterioro cognitivo leve.
“El entrenamiento de la memoria era comparable al yoga con meditación en términos de mejora de la memoria, pero el yoga proporcionó un beneficio más amplio que el entrenamiento de la memoria, ya que también ayudó con el estado de ánimo, la ansiedad y las habilidades de afrontamiento emocional”, destaca Helen Lavretsky, autora principal del estudio y profesora en el Departamento de Psiquiatría de UCLA. Las personas con deterioro cognitivo leve tienen 2,5 veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.
El estudio, publicado este martes en ‘Journal of Alzheimer’s Disease’, comparó los resultados del yoga y la meditación con los del entrenamiento de la memoria, que incorpora actividades que van desde programas informáticos hasta crucigramas. Se evaluó a 25 participantes, todos mayores de 55 años, midiendo sus cambios no sólo en el comportamiento sino también en la actividad cerebral.
“Histórica y anecdóticamente se ha pensado que el yoga es beneficioso para envejecer bien, pero ésta es la demostración científica de ese beneficio”, subraya Harris Eyre, autor principal del estudio, candidato doctoral en la Universidad de Adelaide en Australia y un ex becario Fulbright en el Instituto Semel para la Neurociencia y Comportamiento Humano de UCLA. “Estamos convirtiendo la sabiduría histórica en evidencia de alto nivel necesaria para que los médicos recomienden la terapia a sus pacientes”, añade.
Lavretsky y Eyre estudiaron a participantes que habían informado de problemas con su memoria, como la tendencia a olvidar nombres, caras, citas o cosas. Los sujetos fueron sometidos a pruebas de memoria y escáneres cerebrales al inicio y al final del estudio. Un total de 11 participantes recibieron una hora a la semana de entrenamiento para mejorar la memoria y pasaron 20 minutos al día realizando ejercicios de memoria: asociación visual y verbal y otras estrategias prácticas para mejorar la memoria, basadas en técnicas respaldadas con investigación.
Los otros 14 participantes tomaron una clase de una hora una vez a la semana en Kundalini yoga y practicaron meditación Kirtan Kriya en su casa durante 20 minutos cada día. Kirtan Kriya, que consiste en el canto, movimientos de la mano y la visualización de la luz, se ha practicado durante cientos de años en India como una manera de prevenir el deterioro cognitivo en adultos mayores, señala Lavretsky.
APORTA BENEFICIOS A LA MEMORIA VISUAL-ESPACIAL Y VERBAL
Después de 12 semanas, los científicos observaron mejoras similares entre los participantes de ambos grupos en la memoria verbal, que entra en juego para recordar nombres y listas de palabras. Pero los que habían practicado yoga y la meditación tenían mayores mejorías que los otros sujetos en las habilidades de memoria visual-espacial, importante para recordar lugares y ubicarse al caminar o conducir.
El grupo de yoga-meditación también obtuvo mejores resultados en términos de reducción de la depresión y la ansiedad y mejorar las habilidades de afrontamiento a las emociones y resistencia al estrés. “Cuando se tiene pérdida de memoria, se puede llegar a estar muy preocupado por ello y puede llevar a la depresión”, afirma Lavretsky, también investigador en el Instituto Semel.
Los investigadores informan de que las mejoras externas de los participantes en la memoria se correspondían con los cambios perceptibles en su actividad cerebral. Utilizando imágenes de resonancia magnética funcional, que mostró que los sujetos de ambos grupos tuvieron cambios en su conectividad cerebral, pero los cambios entre el grupo de yoga fueron estadísticamente significativos, mientras que los cambios en el grupo de la memoria no lo eran.
Los investigadores atribuyen los efectos positivos de los “ejercicio cerebrales” a a varios factores, incluyendo su capacidad para reducir el estrés y la inflamación, mejorar el estado de ánimo y la capacidad de recuperación, y la mejora de la producción del factor de crecimiento neurotrófico derivado del cerebro, una proteína que estimula las conexiones entre las neuronas y pone en marcha la actividad de la telomerasa, un proceso que reemplaza material genético perdido o dañado.
“Si usted o sus familiares están tratando de mejorar su memoria o compensar el riesgo de desarrollar pérdida de memoria o demencia, una práctica regular del yoga y la meditación, podría ser una solución sencilla, segura y de bajo costo para mejorar su capacidad cerebral”, concluye Lavretsky .
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Fuente: Psiquiatria.com