El investigador del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, Juan Carlos Leza, advierte que la microbiota intestinal puede influir en la aparición de enfermedades mentales. “Gracias a las últimas investigaciones podemos afirmar que determinadas patologías de salud mental tienen una base no sólo cerebral, sino sistémica, en base a una respuesta inflamatoria del organismo en la que pueden participar componentes bacterianos provenientes de la microbiota intestinal”, ha comentado.
De hecho, recientes estudios han demostrado en modelos animales que ante la exposición del organismo a determinadas situaciones de estrés, se produce una traslocación bacteriana por la que determinados componentes de estas bacterias que componen la microbiota intestinal, pasan al torrente sanguíneo.
Una vez allí, tal y como ha comentado, estos componentes bacterianos provocan una reacción inflamatoria que, en ocasiones, afecta al cerebro, lo que, al parecer, provoca ciertos comportamientos coincidentes con algunos cuadros depresivos.
Por otra parte, el doctor Leza, que actualmente lidera un proyecto de investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) con recursos del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) y que se desarrolla conjuntamente en nueve hospitales españoles, ha indicado que se ha ido un paso más allá y se ha comprobado, realizando ya estudios con pacientes reales, que los individuos con depresión mayor presentan más componentes bacterianos en la sangre que la población sin esta patología. En concreto, su investigación analiza, entre otros aspectos, los niveles de los componentes bacterianos y de sus sitios receptores en las células de la sangre y del cerebro de un grupo de setenta pacientes con patología mental.
“Gracias a las nuevas investigaciones, hoy conocemos que hay determinadas bacterias que modifican el funcionamiento de algunos neurotransmisores tan importantes como la serotonina. Es ampliamente conocido que la deficiencia de este neurotransmisor da lugar a cuadros depresivos, ansiedad, irritabilidad, etcétera”, añade.
“La relación entre la microbiota intestinal y la psiquiatría –destaca -se hace más estrecha en trastornos psicóticos y depresivos. Las investigaciones apuntan a que un control de estos mecanismos inflamatorios en el organismo puede repercutir de manera positiva en la salud mental de algunos pacientes con estos trastornos, pero aún estamos lejos de comprender cómo se produce esto en su totalidad y qué efecto podría tener en los pacientes”.
Fuente: www.biotechmagazine.es